El viento que silba en la ventana para recordarme que debo partir,
ha venido a cantarme nuevamente,
ato las puntas de un enorme pañuelo rojo y envuelvo las memorias,
coloco un palo sobre mi espalda y empiezo de nuevo.
Estar solo y acompañado a la vez, tomar un avión hacia algún lugar que creíste conocido es una ilusión... nada es lo que fue, así haya...
No hay comentarios:
Publicar un comentario