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Vivo con la muerte todos los días,
la vida aparece en la enrejada del techo de mi casa cada semana,
y apenas se escucha como surge una nueva mariposa del capullo que reposa tranquilo,
así como florecen,
el escándalo de su muerte se ve con el color ébano de sus alas reboloteando ansiosamente,
mientras agonizan, a un metro de donde nacieron,
24 horas antes.
Somos como mariposas?
la vida se nos pasa tan rápido que apenas parece un suspiro?
y nuestra muerte causa tal estruendo que la agonía la compartimos con otros,
como si estuvieramos haciendo un baile ritual de dolor?
El tiempo ha pasado y las secuelas de perder se están cicatrizando,
los días se van amoldando a las ausencias y los agujeros permanecen intactos sin reemplazo,
mi forma de hablar ha cambiado, la dulzura se ha quedado suspendida para ellos,
está congelada en el tiempo y aun me cuesta recordarlos sin que no duela.
No estoy segura de nada, pero........... no quiero vivir como mariposa!
2 comentarios:
Vivir como mariposa... su vida con alas es realmente corta. Pero la mayor parte son orugas, calladas, discretas...
Hay que vivir la vida día a día, porque mañana siempre es solo una expectativa.
Buen apunte el de mashu
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